Podría empezar por contarles de su voz, de su casa o su tiempo libre, de como es que nos conocimos y el lugar de nuestro primer beso, podría contarles las mil historias que vienen con sus años, hasta de mis pasos tristes que no lo son tanto si están junto a los suyos. Pero hoy quiero hablarles de sus brazos en los que viven los abrazos asfixiantes, los dedos que se entrelazan sin darse cuenta o de esa espalda que se ha vuelto mi refugio mi guía y paz... Aunque la verdad aún no se como explicar esa sensación que nace cuando nuestras miradas se cruzan y el mundo ya no es mundo sin nosotros, cuando nace esa inexplicablemente bella sensación que provoca perderme y encontrarme cada día en esos ojos.
By Ale Spock
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