Poema de un gran amigo.
Puede que mi amor esté triste
y no lo sepa,
que mi sangre fluya
y detenga mi muerte.
Puede que mi voz
quiera contarte
viejas hazañas dolorosas
tan viejas como mi soledad.
Puede que en mis manos
no queden
más que huellas
del cansancio
que casi parezcan sombras.
Puede que mi llanto
ya no sepa a sal
y tenga sabor amargo
de no poder llorar
por todos nosotros.
Puede que mis pasos
ya no alcancen tu prisa
y tenga que correr
con la caricia.
Puede que mis oídos
no escuchen
entre tantos ruidos
lo que viene diciendo
tu piel desde hace rato.
Puede que me baje
en la estación equivocada
por venirte pensando
que regrese y ya no estés.
Pero también:
puede que alegres mi amor
que vierta mi semen
y se prolongue
en tu vida.
Puede que mi voz
calle para siempre
todo lo viejo
y doliente ajeno.
Puede que mis manos
recuperen su fuerza
y sean luz sobre tu cuerpo
abierto y sin fronteras.
Puede que mi llanto
alcance para nadie
y renuncie a tus miradas.
Puede que mis pasos
descansen en este poema
y acompañen tu suerte.
Puede que tu piel
sea la música
que estaban buscando
mis sentidos.
Puede que por fin
acierte a bajar
en la estación correcta
donde tú
desde siempre
me esperas.
1 comentario:
Genial... Aunque espero no pasarme de estación cuando vaya escribiendo esto
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